Ecotono

Fusión del paisaje silvestre con el construido.

Jardín El Peñón

Arquitectura de Paisaje Vivienda unifamiliar
Logo área Ecotono
Cliente:
Privado
Ubicación:
El Jonuco, Santa Catarina, México
Estatus:
Construido
Superficie:
5,500 m2
Año:
2021 – 2024
Idea Conceptual:
ECOTONO
Créditos:
Oswaldo Zurita Zaragoza
Dafne García Rubio
Colaboraciones:
Global Solutions

Paisaje asilvestrado: integración con la montaña.

El Jonuco, en Santa Catarina, es un pequeño valle de bosque semi desértico templado en la Sierra Madre Oriental. Desprendido del altiplano árido, el Jonuco es un relicto de bosques de pinos, juníperos y otros árboles que crecen en un paisaje dramático dominado por un gran peñón. Allí, se ha construido un fraccionamiento de viviendas. 

 

El paisaje del Jonuco es tan singular que determina el diseño: teníamos una claridad absoluta de que el peñón sería el remate principal de nuestro jardín y que nuestras intervenciones se integrarían, casi fusionarían, con el paisaje autóctono de la micro región. 

 

Nuestra primera acción fue preservar un clan de juníperos que se habían salvado de los movimientos de tierra iniciales (previo a nuestra participación). El jardín sería una onda expansiva con su origen en este grupo de juníperos. Su presencia nos otorgó un carácter añoso que hubiese sido imposible obtener con individuos de viveros. 

 

Ordenamos el programa desde un espacio central circular (deck de madera) y un eje longitudinal dirigido hacia el peñón (andador de piedra). En el primero, un par de jardineras de piedra contienen a los juníperos longevos y entre ellas se ofrecen espacios para permanecer en el jardín.

 

Alrededor del círculo, un claro de vegetación (un anillo de césped) nos da amplitud visual para admirar los árboles conservados. Al exterior de este anillo sucede un programa más asilvestrado, de especies autóctonas o adaptadas que se fusionan con el paisaje nativo.  

 

Las agrupaciones de especies menores y de árboles magnifican la diversidad de texturas, colores, tiempos de floración y escalas. El jardín tiene estaciones expresivas y es difícil de domesticar. 

 

Todo el jardín es seccionado longitudinalmente por un andador de piedra que dirige la circulación y la atención hacia la capilla al aire libre. En esta, el retablo es el peñón y el altar es un espacio pétreo rodeado por naturaleza. El cambio de nivel entre la capilla y el resto del jardín permite privacidad y serenidad. 

 

Los módulos arquitectónicos que ofrecen habitaciones se dispusieron en diferentes niveles y sus azoteas se cubrieron con jardines naturalistas. De esta manera, la arquitectura se convierte en paisaje. 

 

El jardín del peñón es un experimento de integración, nuestro objetivo es que los límites entre paisaje construido y paisaje silvestre desaparezcan y la montaña y el bosque estén en el jardín y viceversa. Ser refugio para fauna, ser refugio para personas y un santuario para la vida.

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