La asignatura era diseñar las áreas naturales de la terminal A del aeropuerto internacional de Monterrey (MTY) bajo dos principios definidos por el cliente: soluciones de ultra-bajo mantenimiento y de alto impacto al visitante.
Nuestro proceso conceptual sumó algunos principios o ejes rectores de diseño: Expresar una identidad regional que los visitantes pudiesen vincular al territorio y extender al jardín la emoción del vuelo.
¿Qué valor identitario regional le presentas a 13.5 millones de pasajeros que anualmente vuelan a partir o hacia el aeropuerto internacional de Monterrey (MTY)?
Decidimos que el desierto, ecosistema dominante del altiplano mexicano, el cual tiene un punto de entrada justamente en Monterrey, sería nuestro lenguaje de paisaje. Plantas xerófitas nativas de los ecosistemas regionales se convertirían en la marca ciudad que el paisaje presentaría. Esta decisión nos permitía, además, cumplir un par de objetivos paralelos: reducir en un máximo posible el uso de agua para riego y atraer fauna nativa compatible con las dinámicas del aeropuerto. Esto forma parte también de la narrativa del paisaje para los visitantes: responsabilidad hídrica y apuesta por la biodiversidad.
El jardín principal -un espacio de transición al salir de la terminal A, sería el escenario para introducir en este microhábitat a miles de personas que diariamente cruzan esta área, muchos de ellos colaboradores y trabajadores del aeropuerto, así como pasajeros.
Se definió un eje longitudinal como andador principal directo, y a partir de este se abren brazos de circulación para inmersión en el jardín y camino a otros destinos. Este sistema de circulación se asemeja a una pista de aterrizaje y sus bifurcaciones hacia las terminales. El eje principal se conceptualizó como el fuselaje de un avión, con una estructura de arcos replicados a todo lo largo del mismo.
En la procesión dentro del “fuselaje” se realiza un viaje por los paisajes xerófitos diseñados, con énfasis en especies autóctonas que presentan floraciones extraordinarias en primavera y verano o estructuras morfológicas caprichosas. El asumir al desierto como valor regional busca retirar ciertos sesgos negativos sobre este ecosistema en la cultura local y elevarlo a un reconocimiento como orgullo identitario. Gobernadoras, una de las especies más abundantes de nuestros desiertos, nopales, ocotillos, agaves, sotoles, cenizos y otras, acompañan al pasajero o trabajador en su andar entre terminales, y ofrecen una inmersión en una exuberancia xerófita poco reconocida.